Mar adentro

CAMBIOS EN LA FAMILIA

ROL DEL PADRE

Por Marina Moya  / Lic. en Trabajo Social

Cambiar pañales, hacer la comida, realizar los quehaceres de la casa, ir a reunión de padres, llevar a los hijos a una actividad, ayudarlos con las tareas, ceder la decisión en el uso del dinero o del tiempo, son ocupaciones y actividades que comparten hoy –casi por igual- hombres y mujeres.

En este mes de junio se celebra el día del padre. Entre la figura o representación de lo que cada padre “es” en los hechos, en lo que “quiere ser” o en lo que “debe ser”,  cada uno tiene una experiencia del “ser” padre, obviamente formada por las propias vivencias.

Desde la Sociología, en los últimos años, se evidencian una serie de cambios y transformaciones en la familia tradicional. La imagen del padre que sale a trabajar y de la madre que queda al cuidado de la casa y de los hijos, ha sido modificada por la incorporación de diversos factores que, es interesante nombrar, para poder comprender los cambios de los que somos, en parte, protagonistas. Entre ellos podemos citar: la incorporación de la planificación familiar a través de la píldora anticonceptiva, el acceso de las mujeres como fuerza de trabajo en el mundo del empleo (en tanto necesidad del capitalismo), el crecimiento de la expectativa de vida (edad de fallecimiento), el reconocimiento y validación de los derechos de los niños, la autonomía de cada uno de los miembros. Estas cuestiones, producto de transformaciones relativas a las conductas, se suman y retroalimentan de los cambios históricos y las crisis socioeconómicas que dejan, de a poco, secuelas sobre la estructura de los sujetos.

En lo relativo a los roles, los cambios tienen mucho que ver con el fin de patriarcado: antes la distribución del poder y la organización interna eran jerárquicas, del padre a la madre y a los hijos. Este sistema en el que la concentración del poder estaba en manos de “pater familias”, que era quien armaba el relato para todos los miembros, está siendo sustituido por un sistema más democrático donde cada miembro del grupo familiar detenta cierta autonomía, independencia, derechos, es decir, cada uno tiene un “status” dentro de la familia. 

En este panorama, donde las piezas se mueven de lugar y los miembros de la familia –en mayor o menor medida- sufren cambios, el que pareciera perder protagonismo es el rol de padre-varón. Hasta inclusive la pérdida de autoridad y la consiguiente falta de límites en los hijos (niños/adolescentes/jóvenes), pueden aparecer como nuevas amenazas a la figura del padre.

Lo cierto es que asistimos –en líneas generales- a una nueva masculinidad que convive con la figura tradicional. En este sentido el varón dejó de ser el “macho proveedor y gozador de las mujeres” para convertirse en un sujeto más sensible a las necesidades de los otros miembros del grupo familiar. Inclusive haciéndose cargo exclusivamente de la vida “doméstica”. ¿O no ocurre cada vez en mayor medida, el ver hombres solos al cuidado de sus hijos?, una fotografía que hubiera sido imposible de retratar hace algunas décadas; por entonces ante la falta de la mujer-esposa-madre, se recurría a una abuela o tía por su condición de mujer, condición que era necesaria para garantizar el cuidado.

Las grandes crisis económicas han dado muestra del tsunami que representó para el género masculino el desempleo, retrotrayéndolo al ámbito de lo privado por la angustia, la soledad, la vergüenza, la depresión. La mujer debió salir a lo público, por el trabajo, la asistencia, la resistencia. Se unió con otras, y de manera organizada buscaron salidas colectivas a los problemas comunes.

De la crisis salimos fortalecidos varones y mujeres. Unos y otros intercambiando espacios de aprendizaje. Se produjo una compensación entre roles y funciones que ayudó para volver a mirarse y reconocerse.

Así es como a estos varones víctimas del tsunami y de la crisis de la familia tradicional: sensibles, atentos, flexibles, tiernos, seguros y masculinos, las mujeres y los niños y niñas, les damos la bienvenida. A los papás, ¡muy feliz día!