LA NECESIDAD DE REPENSAR EL DESARROLLO
DÍA MUNDIAL DEL MEDIO
AMBIENTE
Por
Santiago Cinquangelis / Lic. en Relaciones Públicas e Inst.
Si
bien en los últimos años el cuidado del medio ambiente ha ido ganando
protagonismo, todavía son necesarias muchas iniciativas a nivel gubernamental y
comunitario para contribuir con el desarrollo sostenible.
A través del Día Mundial
del Medio Ambiente, establecido el 5 de junio de 1972 por la Asamblea General
de las Naciones Unidas (Resolución XXVII),
se estimula la toma de conciencia a nivel mundial sobre la necesidad urgente de
adoptar conductas y acciones amigables en pos de la sostenibilidad. Ese día es
uno de los principales vehículos que las Naciones Unidas utilizan para fomentar
la sensibilización mundial sobre ambiente y desarrollo; como así también para
promover la atención y acción política de los diversos gobiernos. A su vez, se
pretende darle una “cara humana” a los temas ambientales, motivar que las
personas se conviertan en agentes activos del desarrollo sostenible y
equitativo, promover el papel fundamental de las comunidades en el cambio de
actitud hacia temas ambientales, e impulsar un proceso de cooperación,
participación y construcción colectiva.
¿A
qué se llama Desarrollo Sostenible?
Satisfacer las necesidades
inmediatas de la generación presente, sin poner en peligro la capacidad de las generaciones
futuras ha
llevado a la humanidad a no cuestionarse el ritmo de recuperación del planeta.
Actualmente sabemos que nuestro ritmo no va acompasado con nuestro entorno. La
sostenibilidad plantea acompasar esos ritmos sin que ello implique una pérdida
de calidad de vida, sino asegurar óptimas condiciones de sanidad de las
generaciones de hoy y también de las de mañana; esto implicaría un profundo
cambio en la sociedad, que tiene que empezar por el individuo, para que poco a
poco vaya transmitiéndose a nuestros hijos/as, vecinos/as, traspase fronteras y
al final consigamos un entorno más armónico, más sostenible.
Son ejemplos de acciones con este
destino:
- Consumir
responsablemente el agua sin derrocharla, ya que es un recurso finito, y
pensando que hay millones de personas que no tienen acceso a ella.
- Reducir el consumo de energía (luz, gas); y de todo tipo de productos, especialmente
aquellos que son contaminantes.
- Caminar o usar la bicicleta para
recorrer distancias cortas. Los gases que eliminan los automóviles son de
efecto invernadero que favorecen el calentamiento global.
- Cambiar las lámparas comunes por las de
bajo consumo, son más eficientes porque emanan menos gases y ahorran hasta
un 60% de energía.
- Llevar tu propia bolsa “de los mandados”. Las bolsas plásticas requieren entre
100 y 300 años para degradarse.
- Reutilizar y
reciclar residuos. Al
reutilizar 100 kilos de papel se salva la vida de al menos siete árboles.
- Plantar
árboles. Una
hectárea de árboles elimina, a lo largo de un año, la misma cantidad de dióxido
de carbono que producen cuatro familias en ese mismo tiempo. Un solo árbol
elimina una tonelada de dióxido de carbono a lo largo de su vida.
Economía
Verde – Hacia Río + 20
La próxima Cumbre de la Tierra Río+20, llamada
oficialmente Conferencia de Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible, se
celebrará del 20 al 22 de junio en Río de Janeiro, Brasil. Es un nuevo intento
en el comienzo de milenio para avanzar sobre el compromiso de los Estados y la
comunidad mundial en los grandes cambios de este siglo XXI. Uno de los temas
prioritarios a abordar en ella es la Economía
Verde. Esta tipificación de economía es aquella cuyo
crecimiento en los ingresos y el empleo es impulsado por las inversiones
públicas y privadas que reducen las emisiones de gases de efecto invernadero y
la contaminación, mejoran la eficiencia energética, preservan los recursos, y
evitan la pérdida de la biodiversidad.
Se puede asegurar que si bien han
pasado 20 años de la primera cumbre (1992, Río de Janeiro) y que los resultados
han sido parcialmente satisfactorios, “Hacia RIO+20” vuelve a instalar la
temática ambiental en la agenda pública, reimpulsando espacios de debate,
intercambio y disensos con un nuevo modelo de gobernanza fundado en la
sostenibilidad como estandarte. Sin dudas, esa es la clave.
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