UN OJO SIN DUEÑO
HAIKUS
Por Julieta Nardone
El
filósofo y teórico cultural Byung-Chun Han (1959), en su libro Shanzahai, nos ofrece el prisma por el
cual mirar la cultura oriental. Allí, nos alerta sobre la distancia respecto de
los cánones occidentales para concebir e interpretar una obra artística. En
pocas palabras, lo preponderante no es la expresión subjetiva de un yo original
y único (lo cual explica también que no haya connotación negativa para la repetición como lo es nuestro concepto,
tan invocado como discutible, de “plagio”). Asimismo, los orientales buscan
imitar a la naturaleza pero no para representarla con más o menos verosimilitud;
en todo caso, van tras su modo de operar: hay en este arte una técnica decontinuidad, desprovista de clausuras y revoluciones,
sin contradicciones, sin brusquedad ni erudición profunda. Como la naturaleza,
entonces, se trata de ofrecer una obra viva, en permanente proceso
regenerativo. Esta dimensión constelativa,
antes que estática, pone el ojo menos en el ser
que en la gravitación de las
circunstancias; en el transcurrir sereno, cíclico, como las estaciones del año,
sin ambiciones de verdad superadora.
Desde
esa vertiente, podemos leer la forma poética más popular de la tradición
japonesa: el haikú. Cápsula disolvente del yo lírico, fugaz iluminación de los
elementos naturales, tajada del fluir temporal suspendido en un instante, un
aquí-ahora vacío de sujeto que muestra lo que es: un grabado de la magia
natural del cosmos. Este chispazo de luz es “capaz de hacer saltar la realidad
aparente”. Basho, uno de los maestros del género, escribió tan sugestivamente: Este camino / nadie ya lo recorre / salvo el
crepúsculo.
El
hombre no es protagonista, sólo integra el paisaje. No es más ni menos, es
parte del universo al igual que la planta, el animal, la roca, y como tal,
observa sin aferrarse a nada, vacío de sentimientos, juicios, valores. Es que,
interpretar, dar sentido, es ya pretender salirse, tomar distancia, dominar: Lluvia de mayo: / es hoja de papel / el
mundo entero (Soin). Por su parte, Octavio Paz lee un sutil sentimiento de
piedad en estos microorganismos visuales y sonoros, aunque se cuida de
distinguirla de la compasión cristiana. En efecto, estamos ante una postura
filosófica y no religiosa, un sentimiento universal de empatía y fraternidad
con todo lo que existe. Un momento que captura todos los instantes mediante la
fuerza de los cinco sentidos, y en esa exaltación de lo cotidiano y repetido, parece
nombrarse la eternidad…
De aquella
fuente ancestral, también, se nutrieron algunos escritores de Latinoamérica.
Así, el mexicano Tablada agregaba una singular nota humorística que, sin
embargo, nunca deviene en risa corrosiva, más bien al contrario, se orientaba a
destacar la comunidad de destino existente entre los seres vivos: Mientras lo cargan, / sueña el burrito
amosquilado / en paraísos de esmeralda. Asimismo, el propio Paz hizo
grandes muestras de dotación sintética: Mientras
los periódicos / se deshojan / tú te cubres de pájaros. Y para poder poner
una pausa a lo interminable, convidamos con uno argentino, del memorable
Borges: La vasta noche / no es ahora otra
cosa / que una fragancia.
LITERATURA PARA NIÑOS
LOS TRES DEL MES
LOS CUATRO ELEMENTOS,
Luz del Olmo, Ed. Vebum, haikus para niños.
Lo
novedoso del libro, además de ser un sólido puente para el ingreso temprano al
género, es que cada poema cuenta con un espacio para que el pequeño lector
plasme con su dibujo una imagen recreada a partir de la lectura. Por lo demás,
podemos imaginar el asombro ante un fogonazo como: “Tierra: Pájaros comen / en
el parque nítido / migas de sol”.
EMILIO PETTORUTI, Vali Guidalevich, Ed. Albatros. Narra
en clave autobiográfica las vicisitudes de un pintor. La autora, Vali Guidalevich
se propone que los chicos descubran a este singular artista mediante sus
interrogantes, su manera de vivir la libertad y la voluntad expresiva. Vida y
obra, como dos componentes de una sola experiencia inseparable. Pettoruti es
ante todo un apasionado que, si bien tiene que soportar tragos amargos e
incomprensión general, jamás abandona sus ideas y proyectos creativos.
EULATO, y EL AVISPÓN MOBUTO SALVA UNA VIDA, son dos cuentos reunidos en la
colección Pajarito remendado,
escritos por Ricardo Mariño, con ilustraciones de Elena Torres (Ed. Colihue). Dos historias en un mismo escenario de
naturaleza microscópica. En la primera, se trata de un extraño espécimen que
nace en una aldea donde es recibido hospitalariamente por hormigas, arañas,
grillos, aunque, con el tiempo reconocerán su poca adaptación al lugar a falta
de instrumento común para la comunicación. En el cuento siguiente, los miembros
de una comunidad que residen en un limonero, junto a los protagonistas, un
ciempiés y un avispón, resolverán un pequeño dilema y saldrá a relucir la
enorme solidaridad imperante: ¿cómo hacer para que el ciempiés ya no se niegue
a asistir a un casamiento porque no tiene la cantidad necesaria de zapatos?
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