Por Teté y Lulú
En esta nueva columna que inauguramos,
como lo dice el título y si usted lo permite, divagaremos juntos por los temas
más variados y al parecer lejanos que, sin embargo, terminan de algún modo
anudándonos el corazón incluso a los habitantes del sur santafesino. Sólo es
necesario soltar amarras y dejarnos llevar como barrilete al que se le cortó la
piola. ¿Probamos?
Los
chinos dicen que el aleteo de las alas de una mariposa, se puede sentir del
otro lado del mundo. Roma queda a unos 11 mil kilómetros de aquí. Teherán, la
capital iraní, menos familiar y pintoresca, a 13 mil. No llegan a calificar como
“el otro lado del mundo” pero la
afirmación “mariposil” igual nos viene bien. Sucesos lejanos impactan a veces,
bien cerca, en las particularidades de nuestro sur de Santa Fe. No es un
descubrimiento nuestro, ni mucho menos nuevo. Pero sirve traer esta afirmación,
para justificar entre otras cosas que se traten estos temas en un diario
local-regional; ya que puede interesarnos desde lo recreativo, lo informativo y
lo económico, tanto como lo que le acontezca a un vecino.
Roma.
El Papa Benedicto XVI presentó su renuncia, algo que no sucedía desde Celestino
V, hace 600 años, y que fue criticado por Dante en La Divina Comedia (“vi entre
otros al que la gran renuncia hizo por miedo”, dice el poeta refiriéndose a
haberlo visto en el infierno). Las versiones oficiales de agotamiento del
primado, se balancean con otras, donde habría un extenso informe presentado en
diciembre, de tres cardenales cercanos al papa, en el que se enumerarían
escándalos sexuales y financieros en relación al Banco del Vaticano, que
recordemos, durante muchos años no cumplió con los requisitos de transparencia
de entidades fiscalizadoras de Europa. Cuales sean los motivos, el tema es que
entre los papables figura un argentino: Leonardo
Sandri, 69 años, residente en el Vaticano, de quien se dice, tiene una profunda
rivalidad con Bergoglio, el arzobispo de Buenos Aires y quien fuera recibido en
su última visita al país por la Presidente, un hecho distintivo si tenemos en
cuenta la distancia del gobierno nacional con la Iglesia Católica vernácula.
Teherán. El gobierno nacional busca reactivar la
causa por los atentados a la AMIA y la embajada de Israel, con una indagatoria
a ciudadanos iraníes, en Irán. Los futboleros saben que siempre es dificultosa
la condición de visitante. En lo jurídico es igual. Algunos juristas ven en
este proceso una cesión de soberanía; otros hablan de lograr así “destrabar una
causa parada”. Hay entidades judías que avalan la medida; y hay las que se
oponen fervientemente. Lo que está detrás -y no tanto- de este tratado con
Irán, es un acuerdo millonario, en toneladas y en dólares, por compra de nuestra
oleaginosa más preciada y sus derivados. Irán es uno de los principales compradores de aceite de soja y
potencialmente un buen cliente para nuestra soja a granel, además de poseer
reservas de petróleo gigantescas. Debido a su inclusión en el llamado “eje del
mal” (países que EEUU y sus aliados acusan de ser causantes de las desgracias
del mundo occidental), Irán ha tenido dificultades para adquirir bienes.
Entonces, que las mariposas aleteen. Un hecho en
Roma puede ocasionar que el sucesor de San Pedro recomponga la relación del
gobierno argentino con la Santa Sede y sus representantes locales, con todas
las implicancias que de ello deriven, más aún en vísperas de elecciones. Y un
acuerdo con Teherán puede hacer que el precio de la soja, la misma que crece a
un par de cuadras de nuestros hogares, suba, consiga un nuevo mercado; o que
baje el costo de los combustibles derivados del petróleo (esto es menos
verosímil, pero…). En conclusión, nada de lo que ocurre en el universo es
ingenuo ni lejano ni desconectado. Ni el vuelo de un pequeño y bello insecto.
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