Agujas infectadas con VIH dejadas en asientos
Aun si estuvieran ahí: ¿contagian el virus?
Cada cierto tiempo llega a nuestro correo o a nuestros oídos la historia supuestamente vivida por un amigo de un amigo de un amigo, o por Juan de los Palotes en una ciudad lejana o cine sin nombre, según la cual el susodicho contrajo el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), al pincharse con una aguja infectada dejada en una butaca. Sin entrar en discusión de si eso sucede o no, es bueno saber que si bien el aire no mata el virus, sí seca el fluido y eso lo destruye o descompone de un 90 a un 99% en pocas horas. Esto es, para que haya riesgo debe tratarse de una aguja recientemente utilizada, con alto contenido de VIH y ciertas condiciones ambientales, ya que fuera del organismo el virus es muy débil y muere fácilmente. O sea que revisar el asiento no está de más, pero sólo para saber dónde estacionamos nuestra humanidad.
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