El sabor de la salsa
Un esclavo llega a Cuba desde el continente africano sin más equipaje que su religión y su tambor. Y es la alabanza a sus dioses la que le da sentido a su música, y es esta música de tambores la que le da sentido a su vida. Este es el condimento base que perdura en el fondo de la olla, y que contiene tantos otros, como la influencia de Puerto Rico, Colombia y Venezuela, el jazz y Nueva York. Todos juntos forman la SALSA, una danza divertida y sensual que nace en la década del 60, somete al público a un contoneo de caderas desprejuiciadas y tiene un plus de sabor porque es un baile que se hace y se disfruta de a dos, lo cual permite descubrirnos a nosotros mismos y al otro, desde una dimensión distinta a la habitual.
Rico ¿no?
Florencia Abbas
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