CIFRAS, RIESGOS, CONSEJOS
Por Alejandra Tenaglia
Un estudio presentado por el SAFyB, ubica entre las principales causas de
muerte en Argentina a los problemas relacionados con medicamentos. Juegan un
papel importantísimo para evitarlos: el farmacéutico, el médico, y la
responsabilidad con que se maneje la persona que ingiere fármacos, recurriendo
a profesionales de la salud y pudiendo escapar a los hechizos de las
publicidades que ofrecen los como si fueran golosinas. Los poderosos intereses
económicos de los laboratorios son quizás la clave para entender la falta de
controles, las escasas campañas de concientización, y el poco conocimiento de
números tan estruendosos, como los que daremos a continuación.
NÚMEROS A TENER EN CUENTA
Marcelo Peretta
es uno de los autores del informe presentado en el 2009 por el Sindicato
Argentino de Farmacéuticos y Bioquímicos (SAFyB). Allí, entre otras cosas,
refiere “se
considera que hay un problema relacionado con medicamento cuando éste produce
resultados no deseados o cuando no produce los resultados deseados”. Al parecer, el principal problema no
deriva de la calidad o eficacia del medicamento sino de la forma en que es
prescripto, dispensado y utilizado.
El informe presenta los resultados que
se obtuvieron de un relevamiento realizado en Argentina, a través de la revisión
de historias clínicas hospitalarias, de recetas de 480 farmacias del país y de
informes de droguerías de alcance nacional y cámaras del sector. Son los
siguientes:
- El 75 % de la población toma medicamentos
sin consulta profesional previa. Se basa en la publicidad, la opinión de
personas cercanas o en decisiones propias. La televisión emite diariamente unos
1200 spots de publicidad de medicamentos, se suman 800 avisos en diarios y
revistas y unas 300 páginas de Internet.
- 1 de cada 2 consumidores de medicamentos, mayor de
18 años, los toma en forma incorrecta. Ej.: antes de
las comidas en lugar de después; al despertarse en vez de al acostarse; con
leche en vez de agua; conjuntamente a otro fármaco en lugar de por separado; lo
mezcla con alcohol o tabaco, etc.
- Sólo 5 de cada 10 pacientes lee el
prospecto antes de tomar el medicamento y sólo 3 lo comprenden.
- 12.000.000 de nuevas consultas médicas están
vinculadas a problemas relacionados con medicamentos.
- 8.300.000 tratamientos adicionales por año
se deben a los errores de medicación. Diagnóstico, prescripción o
dispensación incorrectos, dosificación o vía de administración incorrectas, no
identificación de contraindicaciones o interacciones, defectos de elaboración,
etc.
- 5
% de los que
ingresan internados a un hospital
tiene como causa un problema con el uso de medicamentos.
- En mayores de 65 años es común el uso de 6 o
más remedios en forma simultánea (polifarmacia), los cuales son prescriptos
por diferentes profesionales que suelen desconocer lo indicado por los demás y
el uso que el paciente hace del medicamento.
- Entre 10 y 12% de los medicamentos no se
comercializa en farmacias sino en kioscos, supermercados, restaurantes,
boliches, gimnasios e Internet. Estos ámbitos carecen de control sanitario, y
de médico o farmacéutico para consultar.
- Los fallecimientos anuales vinculados con
medicamentos ascienden a 21.800,
y se distribuyen de la siguiente manera: polifarmacia e
interacciones (40%), automedicación (10%), inefectividad e incumplimiento
(35%), sobredosis, alergias y toxicidad (10%), y eventos adversos (5%).
En
Argentina, según datos proyectados por el INDEC, mueren 290.000 personas cada
año. El informe afirma que “el total de
muertes se divide aproximadamente entre las siguientes causas: enfermedades
cardiovasculares 90.000, problemas oncológicos 60.000, dolencias respiratorias
42.000, accidentes de tránsito 10.000 y otras causas 78.000. Según estos
resultados, los problemas relacionados con medicamentos constituyen la 4ª causa
de muerte después de los problemas cardíacos, oncológicos y respiratorios, con
el 7,5 % del total”.
Las 21.800
muertes con 115.000 internaciones del 2008 expuestas en el trabajo del Dr.
Peretti, pasaron a ser en el año 2011: 22.410 y 142.000 respectivamente, según
datos que nos aportó el mismo doctor para la presente nota.
EL FARMACÉUTICO
Romina Bianchini,
Farmacéutica y Doctora en Ciencias Químicas, expone conceptos claros relativos
a la ingesta responsable de medicamentos, conductas inadecuadas y la
experiencia que arroja Chabás.
¿Quién
no ha concurrido alguna vez a la farmacia en busca de “algo para el dolor de
cabeza, para el resfrío o para aliviar la picazón de garganta”? Ésta es una
práctica muy común que se denomina automedicación. La misma no está mal siempre
que se realice de manera responsable y con el debido asesoramiento
farmacéutico. Imaginemos una situación hipotética en la cual los habitantes de
la localidad concurrieran al médico cada vez que les duele la cabeza o que
están resfriados, el resultado sería la inevitable saturación del sistema de
salud. Es por ello que la automedicación existe y está reconocida por la Organización Mundial
de la Salud
(OMS) como la selección y el uso de medicamentos por parte de las personas, con
el propósito de tratar enfermedades o síntomas que ellas mismas pueden
identificar, tales como dolores de cabezas leves, resfríos, fiebre no muy alta
entre otros. La automedicación responsable es una práctica útil para disminuir
la alta demanda de los servicios de salud en las dolencias menores. Sin
embargo, cuando los síntomas persisten, resulta indispensable la consulta al
médico.
¿Cuáles son los
productos con los que está permitida la automedicación?
Siempre
que se recurra a la automedicación deben utilizarse medicamentos de venta libre, es decir aquellos que
no requieren receta médica, por haberse demostrado que presentan
características de bajo riesgo. Aún así, hay que considerar que todos los
medicamentos empleados en dosis excesivas, durante períodos demasiados
prolongados o en situaciones en que no estarían indicados pueden producir
efectos secundarios, generar interacciones con otros fármacos, inducir
conductas de abuso o retrasar el diagnóstico de una enfermedad. Es decir que,
aunque sean de venta libre no están exentos de generar problemas si se los
utiliza de una forma indebida o en pacientes con alguna patología de base o que
reciben algún otro tipo de medicación. Resulta importante entonces comentarle
al farmacéutico qué
medicamentos se está tomando, si tiene antecedentes de alergia o si presenta
alguna patología crónica preexistente.
¿Dónde adquirir medicamentos de venta libre?
El
único establecimiento habilitado para la dispensa de medicamentos es la
farmacia, sólo
allí los mismos son seguros y su adquisición estará acompañada por el
asesoramiento profesional que el paciente necesita. El farmacéutico posee los
conocimientos y la capacidad de indicar, de acuerdo a las características del
caso, cuál es la mejor estrategia para resolver el problema de salud, pudiendo
incluir o no un medicamento e incluso derivando a la consulta médica.
¿Cómo interviene el
farmacéutico en la automedicación?
Al ser una práctica bastante
habitual, el farmacéutico tiene una importante responsabilidad en el control de
la automedicación ya que es el profesional sanitario que interviene
directamente en ella, promoviendo el uso racional del medicamento y
procurando que se realice de manera
responsable. Ésta,
insisto, incluye solamente medicamentos de venta libre para el
tratamiento de patologías leves y de corta duración. No debe
realizarse cuando los síntomas se presenten de manera frecuente en lapsos de
tiempo cortos, en mujeres embarazadas o en período de lactancia, en niños o en
adultos mayores de 65 años de edad.
Según su experiencia al
frente de una farmacia, ¿cuál es el nivel de automedicación?
En mi experiencia el nivel de
automedicación es bastante alto. Muchas veces siguiendo el consejo de
familiares o amigos, porque determinado medicamento les resultó útil a ellos
cuando experimentaron síntomas “parecidos”. Aquí hay que considerar que cada
paciente es un caso diferente y lo que fue beneficioso para una persona, en
otra puede resultar perjudicial debido a la interacción con otros medicamentos
que toma habitualmente o a la existencia de enfermedades crónicas.
¿Cuáles son los grupos de medicamentos que
la gente más utiliza?
Los analgésicos se encuentran en
primer lugar. Siguen los antibióticos, los que muchas personas buscan para aliviar
el dolor de muelas o de garganta. Sin embargo, no existen antibióticos de venta
libre, deben utilizarse cuando existe una infección bacteriana y no para calmar
el dolor; y siempre por prescripción médica. Por lo tanto, automedicarse
con este tipo de fármacos en todos los casos es una práctica irresponsable.
¿Ha
sabido de casos de intoxicación por una automedicación irresponsable?
Sí,
no conozco ningún caso en la localidad, pero he podido conocer a personas que sufrieron
consecuencias muy serias debido a un consumo excesivo de analgésicos.
“MUCHA GENTE NO TIENE
CONCIENCIA DE QUE ESTÁ TOMANDO MEDICAMENTOS”
Entrevista a Jorge
Botello – Médico
La automedicación, ¿es un fenómeno que también se presenta en Chabás?
Chabás no es la excepción, la
automedicación creo que es un problema muy generalizado, sin contar con
estadísticas, pero todos sabemos que hay una cantidad de medicamentos que la
gente utiliza sin ningún tipo de control. Es el típico ejemplo de la Buscapina, el Ibupirac,
el Migral, etc. Y los problemas surgen
porque muchos medicamentos se pueden conseguir en lugares que no son
precisamente las farmacias, en donde un profesional idóneo puede aconsejar a
quien lo requiera, dando indicaciones y cuidados básicos de una determinada
droga.
¿Llegan al consultorio personas intoxicadas u afectadas de algún modo por
fármacos que se autoadministran?
No es frecuente que lleguen al
consultorio personas intoxicadas por medicamentos autoprescriptos, pero lo que
sí puedo decirte es que muchísima gente no tiene conciencia de que está tomando
medicamentos. Esto es así, ya que en el interrogatorio, el médico pregunta a su
paciente si consume medicamentos de algún tipo, y el paciente responde que no,
pero no conforme, el médico pregunta: ¿consume usted aspirinas? Y el paciente
ahí responde “sí, las tomo cuando estoy cansado, cuando me duele la cabeza, etc.”
Otro ejemplo: ¿toma usted anticonceptivos?, y también muchas veces la respuesta
es positiva. Entonces si uno interroga a su paciente bien, seguramente
encontrará que algún medicamento consume con regularidad, sin que el médico lo
haya prescripto.
Las intoxicaciones suelen verse con
más regularidad a nivel hospitalario, donde a
veces los pacientes son traídos por haber consumido voluntariamente excesos de
algún medicamento que está produciendo un serio deterioro de su salud.
¿Cuál es el mayor riesgo de esta autoprescripción?
El riesgo pasa por el desconocimiento
de los efectos de cada droga que se utiliza, de las situaciones clínicas que
tiene cada persona que hace que pueda tener contraindicada su utilización, y de
los efectos colaterales que toda droga tiene. Además hay que tener en cuenta
que las drogas interactúan entre sí, y esas interacciones pueden ser sumamente
nocivas al organismo. Doy un ejemplo: Nacho sufre de frecuente acidez
estomacal, y suele tener mucho reflujo, lo que hace que probablemente Nacho
tenga una gastritis y una hernia de hiatus, pero también como suele tener
dolores de cabeza, toma aspirinas para calmarlos. Nacho no sabe que esa
conducta le puede producir una hemorragia digestiva, que pone en peligro su
vida.
¿Cuáles son los grupos de fármacos de los que la gente abusa?
Los grupos de fármacos que se consumen
más comúnmente sin prescripción son los que se consiguen en los quioscos,
almacenes, personas particulares, como por ejemplo analgésicos (ibuprofeno,
aspirina, paracetamol, dipirona); antiespasmódicos (hioscina, la conocida
buscapina, sertal, etc.); los
antimigrañosos, y esto es grave (ergotamina + un analgésico) ya que utilizados por
una persona que está hipertensa, puede producir un accidente vascular cerebral.
También se buscan mucho los medicamentos que se utilizan para la disfunción
eréctil (sildenafil o derivados de acción más prolongada), ¡cuidado! Estos
medicamentos utilizados en pacientes que están medicados con nitritos (vasodilatadores
generalmente utilizados por los enfermos coronarios) pueden producir una severa
hipotensión con compromiso de vida. Y
aunque parezca increíble, también se buscan y se consiguen fácilmente los
antibióticos. A quién no le dolió la garganta y se tomó un par de amoxidal...
Error, la mayoría de las infecciones respiratorias son virales, al menos al
inicio, y no requieren antibióticos.
¿Cuál cree que es el motivo por el que se realiza este uso irresponsable de
medicamentos?
Esto es como todo, cada cosa en su
lugar y un lugar para cada cosa… Los medicamentos tienen que ser prescriptos
por un médico, y deben ser dispensados por las farmacias. Saliendo de esta
regla, cualquier cosa puede ser factible. La falta de cumplimiento de las
reglamentaciones que ya existen, son posibles gracias a la falta de controles
pertinentes. Quizás también falte implementar campañas educativas a tal fin,
que haga que la gente tome más conciencia, y en lugar de comprar en un quiosco,
consulte con su médico o al menos con su farmacéutico. No nos olvidemos que
farmacias de guardia hay todos los días. Por lo tanto, seamos prudentes, y no
utilicemos medicamentos sin el consejo de un profesional. Sepamos llevar una
vida sana, descansando lo suficiente, comiendo sanamente y no consumiendo
drogas que pueden traernos serios problemas de salud. “Que la comida sea tu
alimento, y el alimento tu medicina”, Hipócrates, Médico Griego.
RECOMENDACIÓN IMPORTANTE
La ANMAT (organismo
nacional encargado de la fiscalización, regulación y control de medicamentos)
recomienda que, cada vez que vaya a hacer uso de un medicamento, se asegure de
que al menos puede responder a las siguientes preguntas:
1.
¿Cuál es el nombre del medicamento?
2.
¿Por qué va a consumirlo?
3.
¿Cuál es la dosis que debe tomar y con qué frecuencia?
4.
¿Durante cuánto tiempo deberá consumirlo?
5.
¿Qué efectos secundarios podría producirle?
6.
¿Cómo debe actuar ante un efecto secundario?
7.
¿Qué debe hacer si se olvidó de tomar una dosis?
8. ¿Este medicamento
podría interactuar con otros que está tomando o con algún alimento?
9.
¿Cuál es la forma correcta de administrarlo?
10.
¿Dónde y cómo debe conservar el envase?
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