Cronistas de a pie Enero 2012


CON ORSAI APRENDÍ…

Por Ana Guerberof*


Éste fue un año un tanto convulso. Pareciera que está en juego, o se están sentando las bases, del futuro económico y político del planeta (o, como pienso a menudo, quizás la partida esté echada y sólo seamos peones en un escenario creado para despistar). Pero yo quería acabarlo contándoles algo positivo, dejarles de regalo algo de “bueno rollo”. Pensé en varios eventos pero finalmente decidí que lo que mejor representaba este sentimiento era la revista Orsai, por su contenido y por la atmósfera en la que se creó.
Orsai, www.orsai.es, surgida de la mano de Hernán Casciari con la colaboración de su amigo Chiri Basilis, es una revista literaria impresa sin intermediarios que se comenzó a editar en 2011 gracias a más de diez mil lectores que se suscribieron sin conocer el producto y donde se pagaba a los escritores (muchos, consagrados). Yo conocí Orsai a través del blog del mismo nombre donde Hernán contaba historias divertidas de “autoficción”. La primera entrada que leí fue La verdadera edad de los países y no dejé de reírme de sus ocurrencias hasta ahora. Compré el primer ejemplar de la revista a un distribuidor y después comencé a distribuir con entusiasmo entre mis amigos y a suscriptores de la web. Cada número fue un placer por el contenido, el formato, los detalles que acompañaban a su creación y el “buenrollismo” que trasmitían. Hernán, además, iba adelantando artículos, los goteos, y situaciones de juego en su blog. Nos contaba desde cómo traían un horno de Mar del Plata a Sant Celoni (Barcelona) para que su colega Comequechu pudiera prepararles sus pizzas preferidas hasta cómo visitar la redacción, ganar un viaje o aportar fondos para montar un bar Orsai en Buenos Aires regentado por el propio Comequechu y Tonga, el distribuidor estrella de la ciudad.
Algunos detractores critican el proyecto porque aducen que Hernán valiéndose de lucecitas de colores consigue vender un producto y que otros se lo distribuyan gratis. Esgrimen que no tiene tanto mérito si se hace lo mismo que una editorial y con lo que se ahorra en distribución se paga más a los escritores. A mí me da un poco igual. Creo que Orsai es el proyecto que es, no intenta ser el mesías o sustituir a otros, sino que es el fruto más bien de una aventura que podía triunfar o no, ahí estaba el riesgo. En más de una manera, Orsai triunfó, se publicaron 4 revistas y ya están a la venta las 6 del 2012. Hernán, Chiri o Comequechu tendrán una larga lista de cosas aprendidas. Yo, por mi parte, con Orsai aprendí que:
1. Si se hace algo jugando no necesariamente triunfás, pero que te quiten lo bailado.
2. Si te gusta algo, mejor seguí tu propio criterio y no esperés la validación de otros.
3. Si te gusta una idea no esperés a que otros la hagan por vos. Convertite en protagonista: creá, distribuí, comprá, hacé algo, apostá.
4. Si te gusta escribir, escribí sobre lo que sea donde sea.
5. Es saludable dejarse inspirar por proyectos como Orsai. Otro mundo sí es posible.
6. Si compartís y hacés cosas por los demás, no te quejés. Tarde o temprano verás la belleza. En efecto, se cosecha lo que se siembra.
7. Si a alguien no le gusta un proyecto, no hay que perder el tiempo intentando justificarlo. Centrate en hacer, no en criticar.
8. Por mucho que te guste un proyecto o una idea, habrá cosas que no te gustarán. No las ignorés pero valorá aquellas que te gustan, sopesá.
9. Me gustaría ver a más mujeres en proyectos culturales. Sin miedo y sin vergüenza.
10. El español es un idioma universal hablado por millones de personas. Abramos los oídos, da igual el país de origen.
No sé si este decálogo lo aprendí sólo con Orsai, ¡el mundo es un lugar donde encontramos personas haciendo cosas extraordinarias!, y este diario, El Observador, también es un claro ejemplo de ello. Como decía el bolero “contigo aprendí que existen nuevas y mejores emociones, contigo aprendí a conocer un mundo nuevo de ilusiones”… Aprendamos a ver la magia en este año que entra.

*Argentina residente en España.

1 comentario:

  1. Soy uno de los que aprendí con Orsai y he visto que organizándose y con ganas se pueden hacer muchas cosas; entre ellas interesar a más de diez mil personas en un proyecto literario, número muy superior a cualquier tirada editorial en "estos pagos".

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