¡ENEMIGOS EN EL JARDÍN!
HORMIGAS
Por Verónica Ojeda de Razzini
Existen 47 especies de hormigas cortadoras de hoja o podadoras. Al igual que los hombres, estos insectos viven en sociedades llamadas colonias; y para nuestra sorpresa, se organizan de una manera casi tan compleja como el mismo planeta Tierra.
En pocos años el montículo central de sus nidos subterráneos puede crecer a más de 30 metros de ancho, con pequeños montículos alrededor que se extienden en un radio de 80 metros, ocupando desde 30 a 600 metros cuadrados y albergando 8 millones de hormigas.
Las diferenciamos de otras especies de hormigas por su tamaño, color negro y además por tener unas espinas dorsales que son las que les sirven de pinzas para poder transportar el alimento, es decir, nuestras plantas.
La actividad de las hormigas está relacionada con la temperatura. El corte y transporte de vegetales se da todo el año, pero con mayor intensidad durante marzo–mayo y agosto–octubre, en la primera etapa para juntar provisiones para el invierno y en la otra para la formación de individuos alados que reproducirán la especie.
Seleccionan el alimento comenzando por las plantan que tienen menor riego, lo cual detectan a través del olfato.
Las plantas aromáticas son las que se encuentran exentas de ser devoradas, pero dados los cambios que se producen en el medio ambiente, ya no están excluidas; he observado que algunas especies que antes no eran de su apetencia ahora sí lo son, como por ejemplo las caléndulas y gazanias; ellas también se adaptan.
Las plantas no son cortadas para ser comidas sino para cultivar el hongo que ellas producen y del que finalmente se alimentan las hormigas.
En una noche pueden terminar con nuestro trabajo de una temporada de cultivo, cortan hojas y en algunos casos también podan flores o botones florales.
Identificamos la presencia de hormigas cuando observamos que las hojas son cortadas en forma semicircular por los bordes de las mismas, no así cuando es atacada por caracoles que comen el centro de la hoja dejándola perforada.
Los cebos son elementos muy atrayentes que pueden cumplir varias funciones: en el inicio de un ataque permiten distraer la atención hacia las plantas atacadas y dirigirlas hacia el cebo. Un cebo muy efectivo es el arroz colocado en los caminos y bocas de hormigueros. Además, a través de él podemos lograr que las hormigas transporten sustancias tóxicas hacia el nido, para que luego ataquen a la honguera.
Para el control podemos utilizar purines o macerados preparados con extractos vegetales.
Un purín muy fácil de realizar es con frutos de paraíso, se dejan en agua cinco días y luego se riegan los caminos de las hormigas. No se debe utilizar sobre verduras ya que es tóxico.
Las partes de las plantas se colocan en un recipiente con agua, se lo cubre y se revuelve todos los días hasta observar el cambio de color del agua y la presencia de un aroma desagradable.
La maceración se realiza de manera similar, se colocan las partes de las plantas en agua y se deja en reposo, al cabo de tres días se pueden utilizar. Por ejemplo, se puede obtener del naranjo un macerado para pulverizar cítricos, se realiza tomando varios frutos y colocándolos en agua. La infusión se realiza hirviendo los vegetales en agua y luego dejándolos en reposo 24 horas.
En todos los casos se realiza el filtrado de las resultantes.
Estas son algunas opciones para no utilizar productos químicos, que también son efectivos a la hora de ser aplicados.
Lo principal es la observación, si somos precavidos podremos disfrutar de nuestro jardín todo el año sin la presencia de estos enemigos que tantos dolores de cabeza nos causan, tirando por la borda nuestro trabajo de meses... ¡A vigilar más de cerca nuestro patio!
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