El sol, el aumento de las
temperaturas, la sequedad del ambiente, el cloro de las piscinas… No hay duda:
si existe una época del año en la que hay que extremar las precauciones en lo
que a la vista se refiere, esa es el verano. Y es que los enemigos de nuestros
ojos se multiplican en la época estival, por lo que se convierten en una de las
partes del cuerpo más vulnerables. Por eso, hay que tomar medidas de protección
adecuadas, para evitar consecuencias en nuestra salud ocular.
Por María
Eugenia Argilla / Téc. Universitaria en Óptica
La
conjuntivitis alérgica o irritativa, las cataratas o la queratitis (procesos
inflamatorios), son afecciones que aumentan su incidencia en los meses de
calor. Y, sobre todo, hay que tener cuidado con el sol, pues su radiación puede
resultar muy dañina para la córnea.
Las
gafas se convierten en compañeras inseparables, eso sí, siempre homologadas,
con cristales de calidad y de colores ni muy oscuros ni demasiado claros
(preferiblemente marrones, grises o verdes).
El sol
•
Existe una relación directa entre la radiación solar y la catarata. Los rayos
ultravioleta producen cataratas e inducen al envejecimiento. Además, el reflejo
de la luz solar puede producir queratitis y conjuntivitis.
• La
solución es usar gafas de sol homologadas, viseras, gorras, etc., para
protegerse de la radiación solar. Y, además, no mirar al sol directamente de
manera fija y continuada.
En la playa
• La
sal del agua del mar puede producir irritación en los ojos. Hay que tener
cuidado también con la introducción de cuerpos extraños procedentes, sobre
todo, de la arena. Por ello es conveniente lavarse con agua dulce a menudo,
procurando que llegue a todas partes.
En la piscina
• El
cloro es un irritante que altera nuestros ojos, por lo que hay que intentar, en
la medida de lo posible, el contacto directo con el agua de las piscinas,
utilizando gafas de natación adecuadas.
En la montaña
• La
sequedad propia del verano en ambientes lejanos al mar provoca una mayor
evaporación de la lágrima, aumentando la sensación de ojo seco. Si esto sucede
de forma continuada, es fundamental acudir al especialista para que analice el
caso y nos dé posibles soluciones.
En el trabajo
• La
exposición continuada al aire acondicionado en estos meses de calor, hace que
se reseque el ambiente, perjudicando más de lo normal a nuestros ojos. Es
complicado, pero la solución estaría en evitar la exposición continuada en
estos ambientes y utilizar un humidificador o lágrimas artificiales si es
necesario.
• Trabajar
muchas horas delante del ordenador puede producir cansancio o fatiga visual. Es
conveniente situarse a una distancia adecuada de la pantalla, tomando además
breves descansos periódicos.
Alergias
•
Durante el verano, el descenso de lluvias produce un incremento de partículas
en suspensión en el aire, generando un ambiente más cargado que puede provocar
alergias oculares. Por ello, es importante proteger la vista con gafas de sol
homologadas y acudir al especialista en cuanto se percibe algún síntoma.
Disfrute
el verano con precaución. Y aproveche este momento del año para mirar “con
buenos ojos”, al 2013 que va quedando atrás y al 2014 que está por llegar.
¡Felices
Fiestas!
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