Por
Carlos Bonino
carlosgbonino@gmail.com
Me
resulta imposible hacer un monólogo sobre agosto sin hacer un chiste viejo pero
que me encanta:
- ¿Cómo se llama su hijo?
- Agosto Catedral.
- ¡¿Qué clase de nombre es ese?!
- ¿Acaso no existe un Julio Iglesias?
Disculpe
por la licencia, pero la vida sin Mundial no es fácil de sobrellevar. Por
suerte vuelve el torneo de AFA y vamos a poder hablar de Riquelme en la B, de
los kilos de más de Cavenaghi, de Moyano como presidente de Independiente.
Mejor hago otro chiste malo o me largo a llorar: Al Maracaná le dicen “Salón de fiestas”, porque se divierten todos
menos su dueño. Disculpe señora, es difícil vivir a cuatro años del ser
amado. No es fácil aceptar que nos vamos a tener que consolar mirando el
Mundial de básquet o a los Pumas perder por goleada contra los All Blacks.
Ya
me lo imagino a Felipe Scolari, el 7 de agosto, haciendo la cola en alguna
iglesia de San Cayetano. Yo le recordaría, mientras camino a su lado, la
canción de Peteco que dice: "El que
debe responder no ha de ser San Cayetano, los que deben responder están mirando
a otro lado”. Como David Luiz, que se la pasó mirando el cielo mientras los
alemanes les llenaban la canasta. Hablando de trabajo, qué laburo que me da hacerle
entender a mi esposa que debajo de mi panza hay unos abdominales como los del Pocho.
El que nunca tuvo problemas de trabajo fue Mauricio Macri; en vez de hacer la
procesión, caminaba hasta la oficina de su padre y listo. Ahora que lo pienso,
para él San Cayetano es como Papá Noel… es el padre.
En
agosto, los argentinos celebramos el día del Padre de la Patria. ¡Nooo!, no es
el cumpleaños de Mascherano. El 17 recordamos la muerte del Gral. San Martín.
Usted se preguntará, si Don José cantaba el himno como Los Pumas o lo tarareaba
como Messi. ¡Qué sé yo! Lo que es seguro, es que dejó de jugar para España y se
pasó a nuestro bando. Ya se veía venir, que en este mundial, quedaban afuera en
primera ronda. Encima los dejó afuera Chile, otro país liberado por San Martín.
Pobres gallegos, ahora falta que el próximo Mundial les toque con Perú. Ahí el
sueño de libertad, estará cerca de concretarse.
Si
hablamos de padre, es porque hay un hijo. Y en agosto los niños tienen su día.
Recuerde regalar: amor, cariño y por sobre todo juguetes. ¿O acaso esos
proyectos de seres humanos no merecen lo mejor? Los niños son como Messi: hacen
puchero cuando algo no les gusta; les gritamos “dale movete”; sólo están
contentos si juegan con sus amigos; vomitan seguido; los comparamos con otro
que hace las cosas mejor. Pero sin explicación alguna, los queremos y los
defendemos cuando los atacan. A los chicos, por supuesto.
El
24 de agosto, cumpliría años un niño eterno. Al gran Alberto Olmedo, me lo
imagino organizando una enorme fiesta para su cumple y la gente jugando a
tratar de adivinar cuál de sus chicas está detrás de los lifting y el botox. El
mismo día, con una fiestita un poco más intelectual, y una torta con forma de
laberinto, festejamos el cumple de Jorge Luis Borges. Y usted que no sabía por
qué en el famoso sketch con Javier Portales, “el Negro” se hacía llamar Borges.
¿Vio que si algo parece diferente u opuesto no lo es del todo? Y tampoco las
cosas que parecen fáciles se concretan así nomás, si no pregúntele a Rodrigo
Palacio.
Tratando
de lavar nuestra depresión post-mundial, a fin de mes llegará la tormenta de
Santa Rosa. Ya sabemos que la lluvia no es puntual, pero mírelo a Higuaín que
no siempre le emboca al arco y sin embargo seguimos creyendo en él.
A no
bajonearse, viudos del Mundial. Ya tendremos revancha en Rusia y ahí podremos
gritar: ¡cuánto pecho frío que hay acá!
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