Íbamos a armar un
periódico, donde la vedette sea la cultura y todo lo que en derredor de ella
sucede. Pero lo que sucedió, concreta, nítida y lamentablemente, fue una
seguidilla de robos que parece difícil detener, siendo que la localidad ha
quedado expuesta como un lugar vulnerable. Sin lugar a dudas, hay además un
cúmulo de otros factores que permitieron que esto tome el “vuelo” que hoy
presenta; algunos de tono local, y muchos otros de raigambre nacional y/o
provincial. Es por ello que sólo una parte de lo que habíamos preparado sobre
“lo cultural”, se encuentra plasmado en las páginas de esta edición Nº 64,
comprometiéndonos, sin embargo, a seguir andando por ese terreno que
lastimosamente suele considerarse un simple pasatiempo, ocupando un segundo,
cuando no un tercer o cuarto lugar en la vida de nuestras queridas aldeas.
Y aquí estamos,
con las manos bien metidas en el barro de este asunto, narrando lo ocurrido en
el último mes; señalando lo que creemos, son puntos en los cuales la sociedad
puede hacerse fuerte; deteniéndonos a analizar también allí, donde más supura y
duele la herida. No somos dueños de la verdad. Simplemente, como siempre lo
hacemos, aportamos una mirada más.
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