DE A UNO – DE A
POCOS – DE A MUCHOS
Por
Alejandra Tenaglia
Emilce
Ciprez tiene 33 años, trabaja de empleada doméstica desde los 18
y pasa a engrosar nuestra lista de entrevistados que laburan solos, siendo
ellos mismos su capital y su empresa. La sonrisa y dedicación con la que esta
mujer lleva adelante las tareas que le permiten ganar el mango y concretar
proyectos, la han traído hasta esta columna que hemos dado en llamar,
LABURANTES.
¿En qué
consiste tu rutina de trabajo?
Yo tengo cada día una rutina diferente. Por ejemplo, el
lunes comienzo a las 6.30 hs hasta las 12, almuerzo con mis hijos y a las 13.15
hs ya estoy trabajando. Trato de terminar a las 17.30 hs que es la hora en que
mi hijo sale de la escuela, pero no siempre termino a horario.
Todo depende del trabajo que tenga en cada casa. Hay días
que comienzo a las 5, 6, 7 u 8 hs de la mañana. Y limpio tres a cuatro lugares,
según el día.
Cuando
comenzaste con el presente trabajo, ¿tuviste la posibilidad de elegir entre
este y otro/s? ¿Por qué elegiste este?
Sí, tuve otras oportunidades, pero elegí este trabajo
porque puedo acomodar los horarios.
Cuando
eras chica ¿qué soñabas con ser o hacer de grande?
Cuando era chica soñaba con ser maestra jardinera.
¿Cuál es
el motor que te pone en movimiento cada mañana, para salir a trabajar?
El motor más importante son mis hijos, lo que fui
logrando con el esfuerzo de mi trabajo y los proyectos que tengo, todo eso me
impulsa a salir, a levantarme cada mañana para ir a trabajar.
¿Qué sentís
que aportás con tu trabajo?
Creo que les doy tranquilidad y seguridad a las familias
donde trabajo.
Además de
un sueldo ¿tu trabajo te aportó algo más?
Conocí buena gente y amistades que me han brindado apoyo
en momentos difíciles de la vida.
¿Sin qué
objetos te sentís “desarmada” a la hora de trabajar?
Cuando no tengo la bici, me falta parte de mí, aunque me
ha tocado quedarme sin ella un par de veces y seguí igual.
¿Qué es
lo que más disfrutás de tu trabajo?
Disfruto todo. Hay lugares donde trabajo sola y lo
disfruto, me gusta estar sola; pero también me gustan los lugares donde están,
siempre hay algo de qué hablar y las horas pasan volando.
¿Qué es
lo que menos te gusta de tu trabajo?
La parte que menos me gusta es limpiar los baños, pero es
lo que más trato que quede impecable, es medio contradictorio lo que me pasa
con ese lugar de la casa.
¿Qué
cosas te enojan?
Me molesta mucho la viveza argentina, las mentiras; y me
duele más que enojarme, que las personas cercanas en las que confío, me
defrauden. Eso me hace sentir estafada.
¿Le temés
a algo? ¿A qué?
Me cuesta aceptar a qué le temo… Creo que al tiempo,
pienso mucho en mi futuro lejano. Siempre quiero asegurarme el futuro para no
ser una carga para mis hijos.
¿Tenés
alguna frase de cabecera?
Sí, cuando las cosas no salen como las espero, me digo a
mí misma: “Bueno Emi, ya no es momento de lamento, así que ahora arriba y salí
a seguir adelante, siempre mirar adelante”.
¿Cuándo
te gustaría “bajarle la persiana” al trabajo?
La verdad siempre digo que estoy cansada, pero nunca
pienso en qué momento dejaré de trabajar, supongo que cuando me jubile.
¿Qué te
gustaría hacer en ese tiempo que te quedaría disponible?
Me gustan mucho las manualidades, tejer, pintar, crochet,
dedicarme más a mi casa, supongo que todo eso haría.
¿Qué es
la vida?
Para mí la vida es un camino, a lo largo del cual
experimentamos sensaciones diferentes. Uno va creciendo, aprendiendo, pasando
distintas situaciones. Cuando llegamos a adultos miramos hacia atrás y vemos
tanto aciertos como errores, a los que se irán sumando nuevos momentos hasta
que dejemos este mundo… Mundo en el que para mí, lo más importante, son mis
hijos.
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