Pasteles y ¿tomates?


Por Mariano Fernández

Dicen que cuando los franceses fueron a las puertas de Versalles a reclamar por pan, María Antonieta, en ese entonces emperatriz, los instó a “comer pasteles”. La revolución francesa, apenas después de la desafortunada frase, echó por tierra con la monarquía gala y la cabeza de la doncella, entre otras cosas.
En estos momentos, la oferta crediticia para la adquisición de bienes, es literalmente una catarata. La clase media argentina puede comprar la felicidad, automóviles o electrodomésticos en cómodas cuotas, por una módica-no-tan-módica tasa de interés, obviamente. Con una inflación real, un ejercicio rápido del pensamiento nos dice que este es el momento de endeudarnos en cuotas fijas. Acto seguido pase por la verdulería o por el supermercado. De este dilema surgen algunas cuestiones. Una, ¿por qué es tan fácil acceder a algunos bienes, como un auto, de necesidad intermedia o relativa con respecto a otras cosas; y tan difícil acceder a, por ejemplo, créditos para emprendimientos reales o vivienda? Y la segunda, encerrada en la primera, ¿por qué los artículos de verdulería se han vuelto tan caros? ¿O la carne o la leche o el pan?… Usted piensa que no tiene nada que ver una cosa con la otra. Mire el presupuesto 2012 y se dará cuenta de que sí, de que existe un factor común. El presupuesto destinado a subsidios como la asignación familiar será de, números más, números menos, 12.000 millones. Detengámonos aquí. No está mal la asistencia a los que no tienen nada. Este subsidio palea el hambre en miles de hogares. Lamentablemente, el uso discrecional de estos fondos como herramienta de clientelismo es una realidad. Así y todo, la asignación universal por hijo y las jubilaciones, se transforman en consumo genuino. Nadie que cobre asignaciones familiares pertenece al capital especulativo.
El presupuesto incluye 28.300 millones en subsidios para empresas públicas. Por ejemplo ENARSA, la única empresa petrolera estatal del mundo que no genera utilidades. Por cada peso generado necesita 2.5 subsidiados. Subrayo que es la única estatal, porque el mecanismo del Estado da beneficios en todo el mundo, menos acá. ENARSA importa combustibles, principalmente gas de Bolivia, que luego vendemos a Chile, por ejemplo. Algunas de estas empresas son de capital mixto. Muchas de las beneficiadas, son empresas de servicios, como AYSA, quien provee de agua potable y servicios de cloacas a la Capital. En el norte del país, pibes se mueren por no tener acceso a agua potable. Es el precio por vivir en un distrito electoral pequeño. Entonces no es sorprendente que 38.500 millones vayan directamente a subsidiar empresas privadas. La mayoría de capitales extranjeros. Sí, sí, como lo lee. Supera ampliamente a la asignación universal. Usted, cuando compra pan, paga impuestos que terminan ahí. Cuántas fábricas se podrían poner con esa plata, se lo dejo a usted. Entonces lo de las fuentes de trabajo no es una excusa. Desde que se manejan con criterios discrecionales la importación/exportación de bienes, la balanza comercial se cae. Importamos más de lo que exportamos. Aun así, las grandes cerealeras han hecho un negocio cada vez más jugoso en Argentina, lo mismo que las petroleras. El propio Estado vaticina un dólar a $5 para fines del 2012. Y uno de los puntos básicos del presupuesto es la emisión de títulos públicos, esto es, salir a vender rifas, a un peso, que pagarán premios de diez, dentro de tantos años. Y también el acceso a créditos internacionales. Mientras, en el país con tierras que se encuentran entre las más fecundas del mundo, el precio de las verduras y hortalizas, se dispara. Lo mismo pasa con la leche, la carne y otros productos de la canasta básica. Sin tener en cuenta que la inflación real, erosiona los salarios.
¿Cuál es el mecanismo perverso por el que es accesible un auto pero los alimentos cada vez son más caros? ¿En qué eslabón salta el precio de la leche a su valor en la góndola si en el tambo vale centavos? La eterna pregunta… ¿quién es el que hace el negocio? Probablemente la automotriz, que está subsidiada; los bancos, que nunca pierden; el exportador, que cobra en euros; la multinacional, que cuenta en remesas la viabilidad de un país. No usted ni el verdulero o el tambero o el dueño de la hacienda. Entonces, ¿pasteles sí y tomates no?

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